- Lo principal es saber qué debes corregir o disimular en tu rostro, tu tipo de piel y hasta tu estilo de vida, ya que hay diferentes tipos de base para cada piel.
- Si tu rostro no tiene el mismo tono en todas partes, lo mejor es que pruebes bases que sean fáciles de mezclar, así ocultarás el problema de los cambios de tono y no te verás cargada de maquillaje.


- Si tu piel es opaca elige una base que le den luminosidad y suavidad a tu piel.
- Lo mejor es que la base sea del mismo color que tu piel, a no ser que tengas ya mucha experiencia maquillándote que sí podrás ir utilizando el tono más adecuado para cada momento.
- Si tienes acné o el cutis graso asegúrate de que el producto no tenga aceite, ya que obstruye los poros y agrava el problema. Lo más recomendable es que también utilices polvos para controlar el brillo.
- No te pruebes la base en la muñeca, la piel no es la misma. Ponte una poca en la mandíbula y sal a la luz natural para ver si es el color idóneo.
- Si tu piel es seca o con escamas procura no utilizar polvos o bases mate, lo mejor es una base húmeda o cremosa.
- Si tu piel es madura, lo mejor es utilizar una base húmeda que sea ligera y evitar las pesadas ya que hacen que las arrugan sean más notables.