

- No comas mientras miras televisión ni lees. El momento de las comidas debe dejarse para comer y nada más, para permitir al cerebro tomar conciencia del momento en que se come. Comer distraída hace comer más y genera una relación estímulo conducta negativa para los planes de adelgazamiento.
- Nunca vayas al supermercado con hambre. Cuando se siente hambre hay que comer, jamás debe ponerse a prueba la tentación frente al hambre.
- Compre productos baja calorías para toda la familia. A no ser que haya niños en casa, una reducción calórica, generalmente, no le viene mal a nadie y de paso se evitan las tentaciones en el refrigerador.
- Decide que vas a comer antes de entrar a un restaurante. Si pueden evitarse los restaurantes, mejor, pero en caso de que no sea así, hay que evitar dejarse llevar por la tentación y tratar de lograr un plato rico y con menos calorías. El vinagre es un buen aliado para las ensaladas, no engorda y quedan con un buen sabor.
- No vayas a una fiesta con hambre, antes de salir coma un trozo de queso magro o una fruta. Ir con hambre a un lugar donde hay de todo y rico para comer es demasiado para la fuerza de voluntad de una persona obesa que intenta hacer dieta.
- No comas galletitas que traen sus compañeros de oficina, lleva tus propios productos light. El lugar de trabajo es otro de los sitios donde es factible romper la dieta. Lo mejor es llevar una fruta o comprar yogur descremado o beber infusiones sin azúcar.
- Si por alguna razón rompes la dieta, no te aguantas y comes de todo un poco, no importa, sigue igual con la dieta. Porque que te hayas salido una vez no debe ser la excusa para abandonarla por completo, al fin y al cabo es una cuestión de salud más que de belleza. Suerte y éxito en lo que decidas hoy lo agradecerás mañana.