

La alergia al polen, al pelo de los animales o a ciertos fármacos, que el sistema inmunológico no reconoce, la gripe, la contaminación ambiental u otras sustancias químicas o cuerpos extraños que pueden entrar en el ojo, pueden ser los responsables de tener los ojos irritados.
También el agua de las piscinas, pasar muchas horas ante la pantalla del ordenador o la televisión, la falta de sueño, leer con poca luz, no desmaquillarse los ojos, usar lentes de contacto durante más de 8 horas, dormir con ellas o limpiarlas incorrectamente, ciertos cosméticos, lámparas de bronceado e infecciones por agentes bacterias, virus u hongos.
Para prevenir todas estas causas, no te frotes constantemente los ojos, será mejor humedecerlos con agua, en caso de picor; evitar los agentes contaminantes y aquellos que provocan la irritación, acudir al médico en caso de resfriado, dormir las horas necesarias; uso de gafas especiales en el mar o en las piscinas, para evitar infecciones.
También es recomendable leer con una luz suficiente y adecuada, descansar los ojos, al menos diez minutos cada dos o tres horas que se está delante de la pantalla del ordenador; mantener una buena higiene de las lentes de contacto; usar cosméticos de confianza y parpadea con frecuencia en trabajos donde se requiera mantener la vista fija.
Existen productos farmacéuticos de libre venta que alivian el enrojecimiento de los ojos, aunque siempre que exista infección o alergia, será imprescindible acudir al médico. Las compresas heladas, el pepino o la patata en rodajas, alivian la inflamación de los ojos, pero en caso de persistir será necesaria la opinión médica.
Fuente Imagen: Oneris Rico/flickr.
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