Los polvos sueltos son aquellos llamados por muchos como traslúcidos por su aspecto. Esta clase de polvos vienen en diferentes tipos de envases y, para su uso, se recomienda alguna brocha grande. Se aconseja colocarlos tras el maquillaje porque se aplican y luego se retiran con una bocha grande.


Son ideales para los rostros grasos, ya que evitan el brillo de los mismos, permitiendo mantener el maquillaje por más tiempo corrigiendo los cambios de color en la piel de tu rostro. Son muy buenos por los tonos mate característicos.
Por su parte, los polvos compactos son los que vienen en estuches como su nombre lo indica. Se aplican usando una esponja que, normalmente, viene en el envase o alguna brocha grande. Te permitirá darle al maquillaje un aspecto más parejo y suave. Lo importante con este tipo de producto es que encuentres un tono acorde a tu piel. Si el tono contraste mucho con el efecto logrado no será muy agradable.
Un consejito es que puedes aplicar un poco de polvo contacto antes del lápiz labial y así te durará más. Los polvos compactos podrás llevarlos en tu bolso sin que se desparramen, lo único que tendrás que tener es cuidado de no golpearlos para que no se quiebren ni estropeen.
Otros puntos que debes tener en cuenta en lo relacionado con polvos sueltos y polvos compactos:
- Los polvos sueltos son ideales para usarse en casa, no son fáciles de llevarlos en tu bolso ya que si se abre por accidente estropearán toda la cartera.
- Los polvos compactos son ideales para darle retoques a tu maquillaje a lo largo del día.
- Los polvos sueltos son perfectos para pieles mixtas o para las pieles grasas.
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