

¿Qué es?
La otoplastia, también conocida como cirugía de orejas, es un procedimiento de cirugía plástica que mejora las orejas grandes o prominentes. Durante la cirugía, las orejas prominentes se pueden colocar más cerca de la cabeza y las orejas grandes se pueden reducir de tamaño. Muchos niños con orejas grandes o prominentes sufren burlas significativas, y esto puede tener un impacto serio en la autoestima y la confianza en sí mismo de un niño. Por esta razón, muchos expertos recomiendan que la cirugía se realice a una edad temprana, tan temprana como los cinco años.
¿Quién debe realizarse esta operación?
Los candidatos para la otoplastia incluyen adultos y niños que gozan de buena salud física y tienen expectativas realistas de mejoría. La cirugía se puede realizar en pacientes más jóvenes una vez que las orejas están cerca del tamaño de un adulto, lo cual típicamente ocurre alrededor de los cinco años de edad.


De hecho, la otoplastia a menudo se realiza en niños de entre cuatro y catorce años de edad, a diferencia de una rinoplastia que puede ser más adecuada para la adolescencia. El beneficio adicional de realizar una otoplastia a una edad temprana es que el cartílago de la oreja sigue siendo extremadamente flexible, lo que permite una mayor facilidad de modelado.
Recuperación de la otoplastia
Los pacientes pueden experimentar alguna molestia o dolor en los oídos durante los primeros días de recuperación y esto se puede controlar con medicamentos. La cabeza se envuelve en un vendaje grande y voluminoso después de la cirugía para ayudar a sostener las orejas y promover la mejor cicatrización y moldeado. En unos pocos días, el vendaje es reemplazado por un vendaje más ligero similar a una cinta para la cabeza. Este vendaje se usa las 24 horas del día por un período de tiempo y luego sólo en la noche por algún tiempo después de eso. Los pacientes también pueden experimentar algo de inflamación, enrojecimiento y entumecimiento alrededor de las orejas. Muchos pacientes se sienten lo suficientemente bien como para regresar al trabajo y a la escuela en un plazo de cinco a siete días. Las actividades extenuantes deberán posponerse de uno a dos meses y esto es particularmente importante para los deportes de contacto y cualquier actividad en la que se pueda doblar el oído.