Entre todos ellos, queremos destacar ése que hace que te sientas más joven, concretamente, el rejuvenecedor. Esta bella flor, cuenta con propiedades antioxidantes que ayudan a retrasar los efectos del envejecimiento en tu piel.
Por este motivo, a lo largo de los últimos años. muchos productos cosméticos del mercado, contienen el extracto de orquídea. La esencia de esta flor, cuenta con la ventaja de que puede aplicarse en cualquier piel y consigue su objetivo de regenerar las células. Además, gracias a su poder antioxidante, ayuda a regular la pigmentación de la piel, combatiendo así el envejecimiento producido por los radicales libres.
Debido a su poder antiinflamatorio, aumenta la resistencia natural de las células frente a los procesos oxidantes que dan lugar al envejecimiento. Esta molécula que es capaz de frenar el envejecimiento se obtiene de la raíz, el tallo y las hojas de la orquídea. A través de éstos, se realizan tanto cremas, mascarillas, como aceites esenciales que sirven para lograr una piel más tersa y suave.
Además, por si no lo sabías, esta flor siempre se mantiene fresca y es capaz de resistir varios meses sin lluvia, con las inclemencias del sol, el frío, el calor o el frío. De todas las variedades que existen, son dos de ellas las que tienen un mayor potencial antiedad. Éstas son la Vanda coerulea y la Vanda teres.
Por otro lado, por si fuera poco, la orquídea tiene propiedades protectoras, reparadoras y humectantes, que actúan también contra los radicales libres. Además, propician la inmunidad de la piel, reducen la aparición de arrugas y son muy ricas en minerales tales como el calcio, el hierro, el zinc, el magnesio o el cobre. Todo estos son muy importantes para nutrir la dermis. ¿Qué más se le puede pedir a esta flor?
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