

Aunque no le prestemos la suficiente atención, nuestro cuerpo es sabio y tiene en cuenta cómo actuar en cada momento. Lo cierto es que una de las alternativas que lleva a cabo nuestro organismo para refrescarse y mantener una temperatura más equilibrada en cada uno de sus órganos es a través de la sudoración, la cual se produce a lo largo de las 24 horas del día, aunque muchas veces no seamos conscientes de ello. Realmente, este líquido acuoso que desprendemos por los poros de nuestra piel es el que consigue mantener esa estabilidad en la temperatura corporal.
Bien es cierto que hay determinadas zonas en nuestro organismo que cuentan con una mayor concentración de glándulas sudoríparas y por ello los brotes de sudor son mayores. Las axilas, las ingles, los pies, la cabeza o frente y las manos son algunas de estas zonas.


No obstante, es cuanto realizamos ejercicios o esfuerzos considerables o nos encontramos en una época como el verano, expuestos a unas horas de calor sofocantes, es cuando nuestro cuerpo desprende un mayor porcentaje de sudor.
Hay un grupo reducido de personas en la población que padece lo que se conoce como hiperhidrosis, es decir, exceso de sudoración y que puede llegar a constituir un auténtico problema para su día a día. El mal olor, las manchas en la ropa o manos humedecidas son algunas de las consecuencias derivadas de esta afección.
Hay una serie de tratamientos específicos que nos pueden ayudar a atajar este problema. Algunos de los más destacados son los siguientes:


-El uso de antitranspirantes como es el caso de Perspirex, que actúan tapando el poro de la piel y evitando así su transpiración y, por consiguiente, logrará atajar el exceso de sudoración tan problemático. Este tipo de antitranspirantes se pueden aplicar dos o tres veces al día, pero no más, para evitar irritaciones de la piel innecesarias.
-La laparoscopia puede ser una alternativa para combatir la hiperhidrosis y cuya eficacia ha sido probada en un porcentaje considerable de pacientes. Con este tratamiento se actuará sobre el ganglio nervioso que provoca ese exceso de sudoración para frenarlo.
-Otra de las opciones disponibles en este momento se conoce como iontoforesis, consistente en la aplicación de una especie de corrientes eléctricas en las zonas afectadas. Sin embargo, este método es eficaz para un reducido período de tiempo, que abarca desde pocas horas a varios días.
-Finalmente podemos considerar la inyección de la llamada toxina botulínica en las zonas donde se produce una mayor cantidad de sudor como son las axilas, las manos o los pies y que puede conseguir frenar este exceso de sudoración durante un trimestre o semestre.


Tal y como puedes comprobar, la hiperhidrosis tiene una solución en este momento. No obstante, es posible que en un futuro se consiga aplicar métodos, si cabe, más eficaces para frenar este problema y ayudar a esos pacientes que, realmente, sufren cada día esta situación.
¿Y tú?, ¿conocías alguno de estos tratamientos?, ¿te han resultado útiles?
Contenidos relacionados
No se ha encontrado ninguno