

Uno de los objetivos de este tipo de gimnasia es el de trasladar lo que hacemos en tierra aprovechando los beneficios que nos da un nuevo medio como el agua. El aquagym se lleva a cabo en piscinas que ronden los 1.2º metros y los 1.50 metros de profundidad. La temperatura ideal para el agua es de 28 a 31 grados.
Es ideal para las personas que buscan recuperarse de diferentes lesiones y están en periodo de recuperación. Ya que uno no siente la fuerza que está ejerciendo debajo del agua.
En aquagym se trabaja con todos los músculos, integrándolos de manera conjunta. La hipogravidez ayuda a no sentir el impacto del cuerpo en el suelo, ni se siente la tensión en las articulaciones. Los ejercicios en el agua pueden hacerse sobre largos periodos de tiempo y de manera frecuente sin que nuestro cuerpo registre cansancio.
Otro de los beneficios es la de mejorar los músculos respiratorios y de acrecentar la capacidad pulmonar.
Resumiendo:
Ayuda a mejorar el sistema cardiorespiratorio
Ayuda a mejorar la fuerza y la resistencia muscular
Mejora la flexibilidad
Permite la coordinación motriz global y la agilidad
Mejora la presión hidrostática
Corrige la postura corporal
Favorece la relajación
Gracias a la resistencia del agua, el acondicionamiento físico en general es óptimo
Reduce el estrés
Gracias a la flotación y a la temperatura del agua, se produce una excelente relajación corporal.
El aquagym se lleva adelante en un ambiente alegre que también permite una mejora en la autoestima y favorece la autoconfianza. Tengamos presente que el agua es un conductor de energía.