

La clave para evitar que los pelos se queden dentro de la piel, es la exfoliación. Realizar una exofliación corporal una vez a la semana, elimina las capas muertas de la piel. Con este proceso, evitarás que crezca sobre el vello que comienza a salir hacia fuera. Entre los tipos de exfoliantes que puedes utilizar, te recomendamos un producto suave de gránulos o, en su lugar, un guante de crin, pero que no sea demasiado abrasivo.
Una vez que hayas descubierto algún pelo enquistado, lo que no debes hacer es urgarte. Ni las manos ni las pinzas (aunque estén desinfectadas) serán unas buenas aliadas para solucionar el problema, puesto que lo más probable es que infectes la zona o empeore.
Deberás solucionarlo exfoliándote la piel. La frecuencia de ésta dependerá del tipo de piel. Si tienes una piel muy sensible, deberás llevarla a cabo una vez a la semana de forma muy suave.
En el caso de que tu piel sea normal, entonces, podrás realizar una exfoliación hasta tres veces a la semana. De éstas, utiliza en una de ellas un guante de crin y en las restantes una crema exfoliante corporal.
Deberás realizar el proceso con movimientos circulares y ascendentes, empezando por los tobillos. Una vez terminado el proceso, deberás aplicar una crema hidratante con aloe vera.
Si a pesar de llevar a cabo correctamente el proceso de exfoliación de la piel, notas que siguen saliendo estos incómodos pelos enquistados, deberás acudir a un centro de belleza para un tratamiento más agresivo, tales como el 'brushing'. Otra solución más definitiva es la depilación láser.
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