

Lo único que necesitas para utilizar las extensiones es tener el cabello de, al menos, unos 4 centímetros de largo. Antes de colocártelas, debes saber que hay, principalmente, tres métodos diferentes, que son: las que se ponen con clip, las de pelo unido y las que van pegadas al cabello.
Si eres de las que cambian de peinado como de camiseta, es decir, a diario, las extensiones de clip son perfectas para ti. Éstas se fijan, como su nombre indica, con clips en el cabello. Es un método que no es agresivo para el cabello y no tendrás que invertir grandes cantidades ni de tiempo ni de dinero. Éstas no requieren ayuda de ningún profesional, por lo que, en pocos minutos, estarás lista para salir a la calle con tu nuevo peinado.
Por otro lado, están las extensiones de cabello unido. Aunque puedes ponértelas tú misma, te recomendamos que, en esta ocasión, pidas ayuda a alguien que ya las haya utilizado. Se unen a través de plástico o fundas de metal con unas pinzas especiales. Ésta técnica no es la más adecuada si quieres tardar poco o no tienes muchas nociones de peluquería.
En cuanto a las extensiones que se pegan directamente al cabello natural, requieren menos tiempo que las anteriores y la técnica consiste en pegar (o coser) varias tiras de pelo a una banda. Estas extensiones proporcionan más cantidad de cabello y volumen, pero no son muy seguras.
Las tiras de pelo se pegan al cabello natural mediante pegamento de silicona, es un procedimiento rápido, pero si se cae una tira, se notará mucho el espacio que deja, además de que para quitarlas, deberás utilizar disolventes específicos. ¿Nuestro consejo? Si quieres innovar cada día y ponértelas tú misma, elige las primeras, las de clip. Así podrás llevar un look diferente todos los días y no perderás ni tiempo ni dinero.
Fuente de la imagen thinkstock.
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Las mejores que he utilizado son las Karmin Easy Clips