

En estos años, la moda se basaba en esos pantalones de campana que vuelven una y otra vez a la actualidad. Las formas geométricas y coloridas también eran protagonistas en las prendas de ropa. Pero el protagonismo en nuestro post se lo llevan los peinados, que se caracterizaban por el volumen, las pelucas y los postizos. Los tupés también estaban presentes, así como la laca.
En cuanto a los recogidos, el más empleado por entonces para los cabellos largos era el moño. Éste se solía hacer dejando un flequillo recto y sobre todo, mucha laca y fijación ¡para que no se moviera ni un sólo pelo!
El cabello largo, se adornaba con lazos y ornamentos para darle un aire romántico. En cuanto al corto, era muy corto y como en el moño, con un flequillo recto hacia abajo o hacia un lado, tendencia que, hoy en día, se estila muchísimo. Audrey Hepburn era una de las musas de esta época, y su peinado creó tendencia en todo el mundo.
Audrey Hepburn, inspiradora
Por su parte, así como Audrey fue uno de los modelos a seguir para los peinados de pelo corto, Brigitte Bardot se hizo la reina del pelo largo. Ya fuera con el cabello suelto y su melena rubia ondulada al aire, con un toque despeinado, como con una coleta alta o un recogido, dio lugar a un estilo muy sesentero, que aún en nuestros días se imita.
Fuente Imagen Vogue.