

En muchos gabinetes de masaje y en centros de belleza ofrecen drenaje linfático. El drenaje linfático es una técnica de masaje terapéutico que consiste en la activación del sistema linfático para movilizarla y ayudar a su eliminación en el caso de encontrarse estancada.
La linfa es la responsable del transporte de las grasas provenientes de la digestión que no se pueden absorber por la vía venosa. Al movilizar el sistema linfático, ayudaremos a mover esas grasas que al estancarse producen edemas, es decir, celulitis.
Por lo tanto, el drenaje linfático es una terapia muy útil para combatir la celulitis, ya que al movilizar las grasas acumuladas, además de disminuir los acúmulos que forman la piel de naranja, ayudaremos a su eliminación al pasar al torrente venoso y por la vía urinaria.
De hecho, uno de los síntomas que indican que el drenaje linfático está funcionando, son las fuertes ganas de orinar que se sienten durante la sesión.
El drenaje linfático, además, resulta muy útil en casos de acné, varices, fibromialgia, muchos tipos de edema, enfermedades respiratorias, daños musculares y un montón de casos más.
Lo más adecuado es consultar el caso concreto con un especialista que evalúe la conveniencia o no del tratamiento, ya que también tiene algunas contraindicaciones como en casos de hipotensión, infecciones agudas, trombosis y otros casos.
Las sesiones son de una hora como mínimo y los resultados comienzan a percibirse desde la primera sesión, ya que el bienestar y la relajación son inmediatos, así como la sensación de sentirse más "limpio" al eliminar desechos tóxicos que se quedan almacenados en nuestro cuerpo.
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