

¿Para qué sirve la lipoescultura?
El objetivo principal de la lipoescultura, es el de reducir todos aquellos depósitos de grasa que no se pueden eliminar a través otros procedimientos como pueden ser el ejercicio o la dieta. Gracias a la lipoescultura, conseguimos mejorar la apariencia, con los consabidos efectos psicológicos que esto conlleva, como es el aumento de la autoestima, la confianza o la seguridad.
Riesgos de la lipoescultura
En primer lugar, hay que señalar que no se puede tomar la lipoescultura como un sustitutivo de una dieta sana y equilibrada. Por otro lado, la lipoescultura no presenta mayores riesgos que los de cualquier otra intervención quirúrgica. En este sentido, estamos hablando de poder sufrir una infección o reacción alérgica, más allá de algún que otro hematoma o trombosis. En la lipoescultura, no se pueden garantizar ninguna clase de resultados. Debido a estos, muchos pacientes que se someten a este tipo de intervención, suelen someterse a tratamientos posteriores con los que buscan conseguir mejores resultados. Por último, la operación cuenta con algunos de los efectos secundarios más comunes, como algún tipo de dolor físico que se puede remitir con calmantes, o contar con alguna cicatriz, decoloración o amoratamiento de la piel. Estos efectos son temporales y con el paso del tiempo, tanto el dolor, como el aspecto físico de estos, va mejorando hasta desaparecer por completo, pudiendo disfrutar plenamente de los resultados obtenidos.