

La piedra pómez tiene una textura rugosa y llena de poros, lo que permite que podamos utilizarla como material para hacer peelings en la piel. Es, por tanto, ideal para eliminar células muertas de la piel, sobre todo las de los pies. Las durezas de los talones o de la planta del pie se pueden suavizar con el uso continuado de esta piedra.
Para ello, lo más recomendable es que la pases suavemente sobre la piel después de la ducha. De esta forma, podrás levantar más fácilmente la piel muerta y dejar la zona lo más suave posible. Después, aplica crema hidratante en la piel para conseguir el efecto deseado.
Por otra parte, la piedra pómez es utilizada para elaborar productos abrasivos en odontología y cosmética. Además de exfoliar la piel, también relaja y suaviza la superficie corporal.


La relajación y estimulación viene, por ejemplo, del masaje que se da en la planta de los pies con esta piedra debido a que esta parte del cuerpo está llena de terminaciones nerviosas. Sin embargo, no debes emplearla en más zonas, excepto las manos y los codos, puesto que puedes conseguir un efecto contrario al deseado, irritando la piel.
Por último, siempre que la emplees, ya sea en pies, manos o codos, no te olvides de realizar masajes circulares. Aunque te dé muy buenos resultados, no abuses de ella y empléala tan sólo una o dos veces a la semana. Conseguirás una piel tersa y suave.
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